Como vimos en la anterior entrada, Panamá atraviesa un periodo de prosperidad económica y las estimaciones y previsiones, tanto de organismos nacionales como internacionales, coinciden en que su economía seguirá siendo la más fuerte de toda Centroamérica.
Economía que tiene entre sus principales actividades los servicios financieros, el comercio y el turismo, que representan el 75% del Producto Interior Bruto del país.
Pero no es menos cierto que Panamá es un país con una fuerte inversión extranjera y ello se debe, entre otros motivos, a que el clima para la inversión es muy estable en términos políticos, sociales, laborales y económicos.
Asimismo, también atrae a los inversionistas su régimen jurídico, el cual contempla numerosos incentivos para facilitar la llegada y el establecimiento de empresas extranjeras.
Ejemplo de ello fue el acuerdo entre Gobierno y sector privado que tuvo como objetivo establecer las condiciones para que el país se convirtiera en un potencial destino de empresas multinacionales.
Entre esas condiciones, encontramos un régimen fiscal especial que exonera a las empresas del pago de varios impuestos en determinados supuestos y siempre que se cumplan ciertos requisitos (Impuesto sobre la Renta, Impuesto de Dividendos e Impuesto de Transferencia de Bienes Muebles y Servicios).
Pero no solo se quiere potenciar la economía de Panamá con la inversión extranjera. La actividad comercial local también se ha visto reforzada con una serie de incentivos en materia fiscal, social y laboral.
Así las cosas, Panamá representa una opción más que interesante a efectos de internacionalizar una empresa.
¡Panamá te espera!